martes, 10 de febrero de 2015


     Estamos ante un mayúsculo ensayo publicado  en la editorial Harper en 1954. La tesis de este proyecto, al igual que "Cielo e infierno" (1956) versa sobre las más diversas experiencias visionarias, la trascendencia, la infinitud del ser, la conciencia última y la verdad. La naturaleza de su tesis es filosófica en esencia y presenta muchas ideas que, en su génesis, parecen controvertidas o, tal vez, difíciles de comprender. Los temas centrales del libro son la trascedencia, la utilidad, el pensamiento y la autoconciencia. 
 
"Las puertas de la percepción", Pablo Amaringo.
   Si hemos de resumir el contenido del libro, me atreveré a ofrecer una concisa descripción del fondo y la idea que lo vertebran, con tal de invitar al lector —si no lo ha leído— a una posterior mirada más íntima y gratificante del texto completo. "Las puertas de la percepción" describe un experimento que nuestro autor ensaya en 1953 para probar los efectos de la mezcalina, extraída de la planta cactácea americana llamada peyote, psicodélico ingrediente procedente de este pequeño cacto autóctono de ciertas regiones del norte de Méjico, Nuevo México, California y Texas. El peyote ya venía siendo empleado ancestralmente por los indios zuñi y pueblo del Estado de Nuevo México en sus ceremonias religiosas, algo muy bien escenificado en la novela Un mundo feliz. El ensayo explica cómo el autor y receptor de la psicodélica droga percibe y experimenta la influencia de la misma en su mente y en su cuerpo. Huxley también aprovecha

en el ensayo para explorar por qué hay gente que recurre a la ingesta de drogas de cualquier tipo, así como la necesidad de la gente de vivir experiencias visionarias. Huxley describe las visiones vividas bajo la mezcalina de un modo gráfico y efusivo. Acaba relacionando muchas de estas con los trabajos de célebres artistas o autores que en su día recurrieron a parecidas experiencias con tal de trasmitir a sus lectores o admiradores unas impresiones y percepciones procedentes de otro mundo o mundos más allá de nuestra conciencia. Huxley también hace referencia a una variedad de creencias religiosas. La religión adquiere una significativa relevancia en la medida en que Nuestro autor plantea la posibilidad de que el hecho de que mucha gente recurra a las drogas pueda deberse, además de a una huida de la realidad, a una búsqueda de
Primera edición del volumen, 1954.

experiencias visionarias conducentes a un estado superior de conciencia próximo a la divinidad, aun cuando, en la mayoría de los casos, la forma de hacerlo, sin los medios y la preparación adecuados, conduce a una engañosa percepción de esa divinidad y, por tanto, a la destrucción del individuo. Huxley no niega la llegada a ese estado último de conciencia que une al ser individual con el Todo a través del uso de estas drogas psicodélicas como el peyote. Es más, lo cree y lo percibe en su propio ser; pero está convencido de que sólo unos pocos, no elegidos, sino previa y ampliamente concienciados y "preparados" —no enganchados— podrán acceder a "las puertas de la percepción". 

Página de The Marriage of Heaven and Hell, de
William Blake, donde se puede leer la cita:
"If the doors of perception were cleansed, every thing
would appear to man as it is: infinite".
     Desde entonces no han faltado quienes han malinterpretado el mensaje de Huxley sin leer el ensayo, y también quienes han sabido encontrar en él la conexión espiritual con ese más allá  otrora perseguido por autores como William Blake, precursor del romanticismo poético inglés, y posteriormente en otras disciplinas, como en el cine, por actores como Johnny Depp, o en la música por una de las bandas más influyentes en la historia del rock,  la norteamericana The Doors. A finales del pasado siglo y hasta la fecha ha habido y siguen dándose sui géneris lecturas e interpretaciones del célebre ensayo espiritual, que Huxley dejó meridianamente claro desde el principio: "Hay cosas conocidas y cosas sin conocer, y, en medio, están las puertas de la percepción".